Trabajo durante el embarazo: El
embarazo no es una enfermedad. Por ello no debe ser impedimento para seguir tu
actividad diaria normal, a menos que aparezcan dolencias asociadas al embarazo,
o que realices algunas actividades más delicadas en el trabajo.
- Si trabajas en una oficina
probablemente permanecerás muchas horas sentada. En tal caso procura tomarte
una pausa con frecuencia para así no permanecer mucho rato sentada,
intentando realizar ejercicios de estiramiento y relajación periódicamente.
Procura utilizar una silla de
altura regulable con un respaldo que sujete la parte inferior de la espalda.
Es importante, también, que mientras estés sentada el ponerte un alzapiés. No
existen pruebas concluyentes que las pantallas de ordenador provoquen mayor
tasa de abortos o malformaciones; por otro lado esto no queda tan claro con
las fotocopiadoras.
- Si trabajas en el sector
sanitario, deberás mantenerte alejada de los riesgos potenciales de
malformación, que incluyen: exposición a gases anestésicos residuales,
productos químicos usados para esterilizar el equipo (oxido de etileno y
formaldehído), radiaciones ionizantes, ciertos fármacos anti cancerosos y
exposición o contagio a infecciones como hepatitis o sida.
- Si trabajas en la industria,
en algunos países se han publicado listas de aquellas sustancias que las
mujeres embarazadas deberían evitar en el trabajo. Entre ellas se incluyen
productos químicos como los agentes alquilantes, arsénico, benceno y el
monóxido de carbono entre muchas otras.
- Si tu trabajo implica
levantar mucho peso, ejercicio físico, trabajar muchas horas seguidas,
turnos rotatorios o estar continuamente de pié, puede aumentar el riesgo de
aborto espontáneo así como de parto prematuro o de nacimiento de un niño muerto.
- Hay una amplia variedad de trabajos
en los que puedes estar expuesta a infecciones (las maestras o asistentas
sociales con la rubeola, los manipuladores de productos cárnicos o las que
manejan animales con la toxoplasmosis, etc.), productos químicos o
radiaciones potencialmente dañinos en el embarazo (las fotógrafas,
trabajadoras de tintorerías, trabajos agrícolas, etc.).
Por esto te recomendamos que
consultes previamente a quedar embarazada a tu ginecólogo y/o al médico de tu
empresa quién debe ser conocedor de los riesgos que implica tu puesto de
trabajo.
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Si el lugar de trabajo que ocupas puede suponer
algún tipo de riesgo para tu embarazo, al margen de que la legislación regula
la puesta en marcha de los recursos necesarios para evitar estos peligros en
las empresas, estás en derecho de solicitar un traslado temporal hasta después
del pos parto.
Dr. D. Lluís Cabero
i Roura
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Presidente Sociedad
Española Ginecología y Obstetricia
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