lunes, 30 de septiembre de 2013

Vístete como un emprendedor

¿Es mejor estar sobrevestido o pasarse de fachoso? Esta pregunta puede resultar muy extraña, debido a que implica que forzosamente te verás ridículo. Además, es un poquito limitante: Camiseta o traje. Shorts o pantalones. Zapatos o cholas.


De acuerdo, probablemente es mejor estar sobrevestido, porque al menos así no te verás como alguien flojo. “La primera pregunta que debes hacerte es, ¿puede interpretarse como una falta de respeto?”, sugiere Jay Adelson, CEO de la startup de geolocalización SimpleGeo. “Y si la respuesta es afirmativa, me voy a arreglar. Es una señal de inteligencia”.

Porque la vestimenta representa propiedad. Cuando te presentas, tu ropa connota consideración o falta de consideración. Si estás sobrevestido, tienes mayor oportunidad de terminar en el lado correcto de lo que es propio. Tu vestimenta termina siendo tu agente. Si tu agente es un tonto, podrías terminar consiguiendo el trato, ¿pero por qué correr ese riesgo?

Cada día es más común ver en los espacios laborales a gente usando jeans y camisetas para trabajar. Apple inició con esta tendencia en 1977 con un Steve Jobs en jeans, t-shirts y chanclas. Después, HP copió este código de vestimenta para competir con el talento en ingeniería (aunque Bill Gates también reclama el crédito). De cualquier manera, estas compañías cambiaron todo. Hicieron de la vestimenta casual un emblema. 
“Noventa por ciento del tiempo uso jeans, flip-flops y t-shirts. Usar una gorra y jeans para un velorio es irrespetuoso. Fuera de eso, la forma en la que te vistes es la forma en la que te vistes”, afirma Mike Repole, co-fundador de Vitaminwater.

Sin embargo, resulta extraño que aunque la vestimenta casual es una realidad, aún pensamos en el estilo en términos de formalidad: cuanto más avances en la escala del estilo, más “elegantes” son las prendas. Pero esto también te puede llevar a vestirte de más, lo que puede ser un grave error. Usar ropa que se siente rígida te hace parecer un impostor.


“Queremos que las personas sean ellos mismos”, dice Jeff Ckavier, fundador de la firma de capital de riesgo SoftTech VC. “Una inversión será potencialmente para cinco, siete o 10 años. Lo último que quieres es tener a alguien que se presente en traje y corbata cuando es obvio que no está acostumbrado a usarlos”.

A veces hay algo más en juego: “Si un desarrollador o un co-fundador de una startup llega usando pantalones caquis y una camisa de manga larga completamente abotonada, enviará un mensaje del tipo de desarrollador que es”, afirma Mat Meeker, cofundador de Meetup y Polaris Venture Partners. “Dirá que no deberían estar iniciando una compañía, sino que deberían trabajar en un corporativo para desarrollar en él”.

Si estás vestido adecuadamente (en ropa que te queda bien y en la que te sientes cómodo), siempre te sentirás casual. No importa que estés usando un traje de $15,000, si el traje te queda a la perfección, te sentirás relajado. 
La taxonomía de lo casual

En resumen, casual es una forma de pensar, no sólo de vestir. Pero eso no significa que no puedas tener una herramienta secreta a tu disposición. Algo que te ayude a sentirte cómodo y seguro. “Tengo un saco clásico, en azul marino, que guardo siempre en la oficina”, dice Meeker. “Si me reúno con emprendedores, uso jeans y una camiseta. Pero si me reúno con inversionistas, me pongo el saco. Es versátil y simple”.

De lo que habla Meeker es una de las herramientas más útiles de los negocios: el saco de repuesto. Este saco debe ser de dos botones (nunca en los brazos, a menos de que tu negocio esté en un yate) de color azul marino o gris oscuro. Procura que te quede a la perfección (que un sastre lo haya arreglado), que muestre un poco de camisa en las mangas y que no sea parte de un traje completo. El saco debe ser único y verse bien con prácticamente todo: jeans, caquis, tenis, lo que sea (nuevamente, menos con shorts, a menos de que estés en un yate).  

Si eres de los que caminan mucho con un maletín o una mochila, siempre guárdalo ahí. Si pasas mucho tiempo en el auto, guárdalo en el auto. El chiste es que siempre esté a tu disposición.

Un saco tiene muchas funciones. Permite guardar cosas, como mentas o papeles, y esconde otras como manchas o arrugas. Pero lo más importante es que sugiere cosas: que no eres flojo, ni tonto, ni del tipo de personas que dan todo por hecho. Que tú y tu idea o compañía probablemente no funcionan a la perfección, pero al menos lo estás intentando. Y ése es el punto. 


1. El casual forzado: Hay pocos intentos de estilo más desafortunados que parecer más casual de lo que en realidad eres. Y los que cometen este error pocas veces lo notan. No tienen otro punto de referencia que el que intentan tomar prestado de alguien más, por ejemplo, de sus hijos.

Algunas preguntas para saber si estás forzando tu look casual son: ¿Estás usando shorts aunque nunca te has considerado una persona de shorts? Podrías estar forzando lo casual.  ¿Usas lentes de sol que se le verían mejor a un director de cine alemán? Podrías estar forzando lo casual. ¿Hay alguna referencia o frase en tu camiseta que no entiendes? Podrías estar forzando lo casual.

2. El casual ambivalente: Éste es el look Zuckerberg. Sudadera, shorts, chanclas deportivas. Todo dispuesto de tal manera que parezcas lo contrario a alguien astuto o muy inteligente. Para poder usar este estilo necesitas ser muy bueno. Muy bueno.

3. Business casual (casual de negocios): Un término ahora sin sentido que era muy utilizado a finales de la década de los 80. Incluye pantalones plisados, camisa de botones y otros accesorios que ya no se recomienda utilizar.

4. Casual impecable: Otra forma de decir el casual apropiado. Es en este punto donde nos referiremos a los italianos. Ellos tienen una expresión muy útil llamada spezzatura, que dicta que la perfección viene de la ligera imperfección. Es una idea antigua, reintroducida en el mundo en 2006 por el director de moda de Esquire, Nick Sullivan. Este estilo permite pequeñas fallas y un sentido de estilo que permite la comodidad, la individualidad, e incluso la ambivalencia. Lo que los italianos quieren decir es que se puede lucir formal y casual al mismo tiempo.

Fuente: http://www.soyentrepreneur.com 

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viernes, 27 de septiembre de 2013

15 formas de mantenerte motivado


Toma una fotografía de tu rostro un martes a medio día, después haz lo mismo un viernes a las 8 de la mañana. En muchos casos podríamos colocar la segunda foto en el diccionario a un lado de la palabra “desmotivado”. Para combatir el desgano que se acumula durante la semana debemos recurrir a ciertos trucos que nos ayudarán a rendir al 100 % todos los días.

1. Haz un trato contigo mismo. Si has postergado mucho tiempo una actividad que tienes que realizar, prométete alguna recompensa para cuando la termines. Puede ser algo así: Cuando finalice este informe, me iré a tomar un paseo por el parque y disfrutaré de un helado.

2. Finge. Si no te sientes motivado entonces actúa como si lo estuvieras. Por extraño que parezca, dentro de unos minutos realmente comenzarás a sentirte con buen ánimo.




3. Enfócate. Cuando quieras realizar alguna actividad, establece un objetivo gene
ral y varios específicos para llevarla a cabo. Termina primero las pequeñas metas y de esta forma te sentirás lo suficientemente motivado para completar las obras más grandes.




4. Como en los exámenes, lo más difícil primero. Si realizas los pendientes comenzando por los que te generan más contratiempos al final tendrás la energía para terminar por completo tus deberes. Esto facilitará en gran medida la resolución de los las preocupaciones diarias y aumentará tu confianza.




5. Inicia lentamente. En lugar de comenzar a hacer algo a toda velocidad, visualiza la tarea y llévala a cabo lento pero seguro; también piensa en la forma más eficiente de realizarla. A un ritmo lento es mucho mejor que no empezar nada en absoluto.

6. Compárate contigo mismo y no con los demás. Compara lo que tienes y lo que logras con tus propios resultados, si lo haces con los logros de otros, lo único que lograras será  desmotivarte; siempre habrá alguien que tenga más cosas que tú o que logre mejores  resultados que los tuyos. No permitas que la vida de los demás sea tu meta a alcanzar.
El examen de los resultados es importante para que veas en la que te ha ido mal en el pasado y así evitar cometer los mismos errores. Pero también es importante para ver cuánto has  mejorado y lo lejos que has llegado.

7. Recuerda tus éxitos. A menos que te la hayas pasado encerrado toda tu vida, lo más probable es que tengas por ahí algunas cosas de las que te puedes sentir orgulloso. Deja de recordar tus fracasos, recuerda tus éxitos y regocíjate con ellos.




8. Observa a los héroes. Lee sobre ellos, mirarlos, escucharlos; descubre que fue lo que hicieron y lo que marcó sus vidas. Pero recuerde que ellos son personas como nosotros,así que no admires al individuo sino a las acciones que realizó.

9. No temas al fracaso. En lugar de pensar en las metas que no pudiste lograr, redefínelas acciones que no ocurrieron como tal como lo planeaste, retroaliméntate y aprende de ellas.
Trata de encontrarle algo útil a cada una de las desilusiones. Pregúntate: ¿Qué puedo aprender de esto?

10. Haz un estudio sobre lo que vas a hacer. De este modo, tus expectativas se basarán más en la realidad. También escucha los consejos sobre cómo sortear las dificultades que se pueden presentar en el camino. La gestión de tus expectativas puede reducir la frecuencia de fracasos y disminuye la falta de motivación que suele seguir cuando el entusiasmo se ha  disipado.

Cuando sabes lo que le ha ocurrido a otras personas en situaciones similares, puedes adaptar y probar sus soluciones.

11. Averiguar la razón por la que está haciendo algo. Si no sabe o no tiene razones suficiente para hacer algo entonces será difícil y poco placentero realizarlo.

12. Toma la positivo. Aprender a pensar más positivamente en la mayor parte del tiempo.
Aprende a desechar los pensamientos negativos antes de que tengan la oportunidad de afianzarse en tu comportamiento. Es obvio que no podemos estar bien y de buenas todo el tiempo, pero procura que sea así la mayor parte del día.




13. Desármalo. Separa tus tareas o proyectos en pequeños pasos. Comienza por centrarte en ese primer pequeño paso. Sólo hasta que hayas terminado con esa actividad puedes pasar a la siguiente y al hacerlo, centra tu energía en la meta en turno, que no sea nunca más de una a la vez. Los pequeños éxitos te mantendrán motivado y alejarán el  desaliento.

14. Programa el consumo de información. Los medios de información masiva tienen  preferencia por los pensamientos agresivos y negativos, ya que es lo que vende.  Elimina de tu itinerario todos aquellos programas que al verlos sólo te hacen sentir mal o deprimido. En vez de ver las noticias, busca información útil: libros, blogs de  auto superación o audio libros.

15. Escucha mientras estás en movimiento. Construye tu propia pequeña biblioteca de motivación y desarrollo personal en audio. Escúchales mientras conduces, o cuando viajas en el autobús o en la bicicleta; mientras corras o camines.

Fuente: http://www.pulsodigital.net


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miércoles, 25 de septiembre de 2013

Trabajadores de nueva generación



Cada vez hay más ejecutivos alrededor de los 30 años en Colombia. Sus características y competencias especiales están haciendo que sus procesos de selección también sean diferentes.

Los procesos de selección y reclutamiento de ejecutivos están cambiando. La especialización funcional, también llamada selección especializada, ha venido ganando adeptos en el mercado colombiano gracias a que aumenta la asertividad y calidad de los procesos al poner a consultores especializados a que busquen, entrevisten y seleccionen a los candidatos. 




 Sin embargo, este no es el único cambio que está experimentando esta industria en la actualidad. 
Hoy por hoy hay un nuevo desafío para las firmas de reclutamiento y es cómo reaccionar frente a toda esa nueva generación que apenas está incursionando en el mercado laboral: los nuevos ejecutivos o, lo que es lo mismo, los futuros directores. 

Si alguna vez ha escuchado hablar de Generación Y, Z, Milenium o términos similares, deberá estar pendiente, porque son ellos los próximos jefes o presidentes de multinacionales.


Esta nueva generación nacida con el auge de un mundo digital carece de experiencia, pero muestra las condiciones necesarias para formar líderes o jefes en muy corto tiempo.

Son profesionales que se gradúan de las universidades con doble titulación, hablan más de un idioma, conocen de estrategias y liderazgo a través de foros y manejan cualquier dispositivo tecnológico con la facilidad con la que crean lazos personales en sus redes sociales. Por eso, no es extraño que mientras atienden una reunión hablen con un colega al otro lado del mundo o mientras esperan un avión den instrucciones a un grupo de trabajo.


 
“Antes el reto era encontrar el perfil, ahora no sólo es buscar el más adecuado sino saber si al empleado realmente le interesa quedarse en la empresa y si su plan de crecimiento responde a lo que el empresario puede ofrecerle. La personalización es la clave así se gaste más tiempo en la selección del candidato”, comenta Beltrán Benjumea, director ejecutivo de Michael Page Colombia. 

Encontrarlos no es fácil. Hacen parte de grupos de trabajo especiales que se pueden ubicar con mucho esfuerzo a través de Internet o más fácil en los servicios que brindan las compañías especializadas, a las que acuden para que les encuentren las mejores oportunidades disponibles en el mercado, mientras ellos se dedican a desarrollar ideas o iniciativas empresariales particulares. 

A ellos no sólo se les atrae con sueldos altos ni mucho menos se les retiene con presiones o amenazas de echarlos. Están decididos a irse de la empresa que los contrata si ésta no les ofrece expectativas de proyección o simplemente no se sienten realizados en su labor. 

Por el contrario, dice Beltrán Benjumea, “vemos que estos nuevos ejecutivos no temen a cambiar de trabajo cada seis meses ya que ellos no están dispuestos a quedarse toda la vida en una empresa”. 

Según la experiencia internacional de Page Group, firma que está en 35 países, su división especializada en la selección de ejecutivos para alta y media gerencia: “Ante esta nueva realidad, las organizaciones deben estar preparadas para fortalecer sus programas de acoplamiento a estos jóvenes ejecutivos. Brindarles un ambiente para que puedan desarrollar todo su potencial es muy importante”. 

Es cierto que no es un tema que ya esté generalizado -concluye el experto-, pero que en algún momento va a tocar a la puerta de su empresa y es mejor estar preparado. 

“En un mercado como el colombiano, en el que la demanda de ejecutivos supera de lejos a la oferta, lo mejor es anticiparse y reclutar a los mejores del futuro. Y esa es una tarea en la que las firmas especializadas tienen mucho por aportar”. 

Características de empleados Generación Y

- Estudian mínimo una carrera y ven como una obligación hacer un posgrado.
 
- Hablan mínimo dos idiomas. 

- Muchas veces están más preparados que sus propios jefes. 

- No tienen un alto interés por cumplir un estricto horario de trabajo. 

- No le temen a renunciar.

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martes, 24 de septiembre de 2013

Factores de Riesgo Ocupacional




FACTOR DE RIESGO: Se entiende bajo esta denominación la existencia de elementos, fenómenos, ambiente y acciones humanas que encierran una capacidad potencial de producir lesiones o daños materiales, y cuya probabilidad de ocurrencia depende de la eliminación y/o control del elemento agresivo.

RIESGO: Se denomina riesgo a la probabilidad de que un objeto material, sustancia ó fenómeno pueda, potencialmente, desencadenar perturbaciones en la salud o integridad física del trabajador, así como en materiales y equipos.

FACTORES DE RIESGO FÍSICO - QUÍMICO: Este grupo incluye todos aquellos objetos, elementos, sustancias, fuentes de calor, que en ciertas circunstancias especiales de inflamabilidad, combustibilidad o de defectos, pueden desencadenar incendios y/o explosiones y generar lesiones personales y daños materiales. Pueden presentarse por:

  • Incompatibilidad físico-química en el almacenamiento de materias primas.
  • Presencia de materias y sustancias combustibles.
  • Presencia de sustancias químicas reactivas.

Representan factor de riesgo los objetos, puestos de trabajo, máquinas, equipos y herramientas cuyo peso, tamaño, forma y diseño pueden provocar sobre-esfuerzo, así como posturas y movimientos inadecuados que traen como consecuencia fatiga física y lesiones osteomusculares.

  • Pisos, escaleras, barandas, plataformas y andamios defectuosos o en mal estado.
  • Muros, puertas y ventanas defectuosas o en mal estado.
  • Techos defectuosos o en mal estado.
  • Superficie del piso deslizante o en mal estado
  • Falta de orden y aseo.
  • Señalización y demarcación deficiente, inexistente o inadecuada.


FACTORES DE RIESGO BIOLÓGICO: En este caso encontramos un grupo de agentes orgánicos, animados o inanimados como los hongos, virus, bacterias, parásitos, pelos, plumas, polen (entre otros), presentes en determinados ambientes laborales, que pueden desencadenar enfermedades infecto contagiosas  reacciones alérgicas o intoxicaciones al ingresar al organismo.
Como la proliferación microbiana se favorece en ambientes cerrados, calientes y húmedos, los sectores más propensos a sus efectos son los trabajadores de la salud, de curtiembres, fabricantes de alimentos y conservas, carniceros, laboratoristas, veterinarios, entre otros.

Igualmente, la manipulación de residuos animales, vegetales y derivados de instrumentos contaminados como cuchillos, jeringas, bisturís y de desechos industriales como basuras y desperdicios, son fuente de alto riesgo. Otro factor desfavorable es la falta de buenos hábitos higiénicos.

FACTORES DE RIESGO PSICOSOCIAL: La interacción en el ambiente de trabajo, las condiciones de organización laboral y las necesidades, hábitos, capacidades y demás aspectos personales del trabajador y su entorno social, en un momento dado pueden generar cargas que afectan la salud, el rendimiento en el trabajo y la producción laboral.



FACTORES DE RIESGOS FISIOLÓGICOS O ERGONÓMICOS: Involucra todos aquellos agentes o situaciones que tienen que ver con la adecuación del trabajo, o los elementos de trabajo a la fisonomía humana.


FACTORES DE RIESGO QUÍMICO: Son todos aquellos elementos y sustancias que, al entrar en contacto con el organismo, bien sea por inhalación, absorción o ingestión, pueden provocar intoxicación, quemaduras o lesiones sistémicas, según el nivel de concentración y el tiempo de exposición.

FACTORES DE RIESGO FÍSICO: Se refiere a todos aquellos factores ambientales que dependen de las propiedades físicas de los cuerpos, tales como carga física, ruido, iluminación, radiación ionizante, radiación no ionizante, temperatura elevada y vibración, que actúan sobre los tejidos y órganos del cuerpo del trabajador y que pueden producir efectos nocivos, de acuerdo con la intensidad y tiempo de exposición de los mismos.



FACTORES DE RIESGO ARQUITECTÓNICO: Las características de diseño, construcción, mantenimiento y deterioro de las instalaciones locativas pueden ocasionar lesiones a los trabajadores o incomodidades para desarrollar el trabajo, así como daños a los materiales de la empresa, como:



Factores de riesgo eléctricos: Se refiere a los sistemas eléctricos de las máquinas, equipos, herramientas e instalaciones locativas en general, que conducen o generan energía y que al entrar en contacto con las personas, pueden provocar, entre otras lesiones, quemaduras, choque, fibrilación ventricular, según sea la intensidad de la corriente y el tiempo de contacto.



Factores de riesgo mecánico: Contempla todos los factores presentes en objetos, máquinas, equipos, herramientas, que pueden ocasionar accidentes laborales, por falta de mantenimiento preventivo y/o correctivo, carencia de guardas de seguridad en el sistema de transmisión de fuerza, punto de operación y partes móviles y salientes, falta de herramientas de trabajo y elementos de protección personal.


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viernes, 20 de septiembre de 2013

Dormir Repara tu Cerebro


El sueño aumenta la reproducción de las células que participan en la formación de la mielina, el material aislante en las proyecciones de las células nerviosas en el cerebro y la médula espinal, según un estudio que publica la revista Journal of Neuroscience.


Desde hace años, los científicos saben que muchos genes se activan durante el sueño y se apagan en los períodos de vigilia. Sin embargo, no estaba claro de qué modo  afecta el sueño a ciertas células específicas como los oligodendrocitos, que producen la mielina en el cerebro sano y responden a una lesión. De manera similar al aislamiento que rodea un cable eléctrico, la mielina permite a los impulsos eléctricos moverse rápidamente de una célula a la siguiente.



En el nuevo estudio, Chiara Cirelli y sus colegas de la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos, midieron la actividad genética en oligodendrocitos de ratones que durmieron o fueron obligados a permanecer despiertos. El equipo identificó que los genes que promueven la formación de la mielina se activan durante el sueño, mientras que los implicados en la muerte celular y la respuesta al estrés celular se encienden cuando los animales despiertan. Por si fuera poco, un análisis adicional reveló que la reproducción de las células precursoras de oligodendrocitos se duplican durante el sueño, especialmente durante el movimiento rápido de los ojos, es decir, en la fase del sueño denominada REM.

A la vista de los resultados, Cirelli sospecha que la pérdida extrema y/o crónica de sueño podría agravar algunos de los síntomas de la esclerosis múltiple (EM), una enfermedad que daña la mielina.

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miércoles, 18 de septiembre de 2013

Lo bueno del caos




Las personas que mantienen su escritorio desordenado pueden dar la impresión de ser perezosos o descuidados. Pero un estudio acaba de demostrar que son más creativos e innovadores.


El archivo fotográfico de la revista Life, disponible en los servidores de Google, tiene varias imágenes de Albert Einstein con las que muchos han intentado explicar su genialidad. Una de ellas es la de su escritorio, que quedó retratado con pilas de papeles, sobres y fórmulas a medio escribir, revistas viejas, ceniceros y bolígrafos perdidos, entre muchas otras cosas.


Ese desorden de Einstein es uno de los argumentos que recientemente han utilizado los psicólogos para asegurar que es mejor trabajar en un escritorio desorganizado que en uno pulcro y ordenado. Al menos cuando lo que se busca es creatividad, desarrollo de nuevos productos o soluciones a problemas.




Un estudio encabezado por la psicóloga Kathleen Vohs, de la Universidad de Minnesota, publicado por la revista Psychological Science, sostiene que estar rodeado por el desorden puede promover el pensamiento creativo y estimular nuevas ideas, mientras que un escritorio limpio ayuda a enfocarse y a tener unas conductas más sanas.
Por este motivo, la recomendación es tener un escritorio desordenado al principio de un proyecto y uno limpio al final. La idea es que, a medida que se avanza en el trabajo, se sale del caos (desorden) y se puede completar la labor de forma más eficiente, sin distracciones.

Para llegar a esta conclusión, Vohs realizó un experimento con trabajadores que tenían escritorios ordenados y desordenados. Tras llenar unos formularios y unas pruebas de comportamiento, los primeros mostraron una marcada tendencia a donar más a la caridad, elegían refrigerios saludables y tomaban mejores decisiones en comparación con sus compañeros desordenados. “Estar en un entorno limpio y organizando, parece animar a la gente a hacer lo que se espera de ellos”, explicó Vohs a Psychological Science.

En lo que respecta a las personas con escritorio desordenado, mostraron mejores resultados en las pruebas en las que se les pidió a los participantes buscar nuevas formas de usar una pelota de ping-pong. “Los ambientes desordenados estimulan la creatividad, lo que tiene amplia importancia para la cultura, los negocios y las artes”, dijeron los investigadores.
Pese a las bondades que se le atribuyen al desorden, la principal conclusión de este estudio es que el entorno pulcro o el desorganizado tienen beneficios distintos dependiendo de dónde se trabaje. Los defensores del orden afirman que este genera mejoras medibles, así que funciona en departamentos como contabilidad o finanzas. Por el contrario, el desorden debería ser más apto en las áreas de mercadeo o diseño.
Sea como sea, si solo se tiene como referencia a los premios Nobel, que prefieren los ambientes desarreglados, vale la pena recordar una frase atribuida a Einstein: “Si un escritorio abarrotado es síntoma de una mente abarrotada, entonces ¿qué debemos pensar de uno vacío?.

Para lidiar al desordenado: Respete las cosas de su compañero, no las bote sin su autorización, pues así será más difícil que coopere en el orden de la oficina. Busque acuerdos para el uso de los espacios compartidos. Recuerde que hay distintas formas de ser ordenado y es posible que su compañero necesite tener más cosas a la vista que usted.

Tenga cuidado con lo que dice. No se esté quejando constantemente de su compañero de al lado y trate de construir una relación que le permita llegar al punto de sugerirle deshacerse de algunas cosas. 


Cuestión de imagen: Aunque los promotores del desorden alaban su carácter inspirador, sus detractores dicen que deja mala impresión. Así lo muestra una encuesta de la consultora Addeco, según la cual 57% de los estadounidenses juzgan a sus compañeros de trabajo por el nivel de organización de su escritorio y atribuyen el desorden a la pereza, más que a una mente creativa.

La mala sensación que genera el desorden aumenta en las oficinas abiertas de hoy, donde los escritorios pueden ser vistos por compañeros y visitantes, así que si quiere que no lo juzguen como perezoso, debe seguir los siguientes consejos de la revista Forbes.

Establezca una cita semanal para limpiar: Para evitar que el desorden lo supere y que sus colegas lo asocien con una incapacidad suya para organizar y completar proyectos de trabajo, fije un recordatorio semanal en su calendario para organizar durante 15 minutos. Bote basura, recoja objetos personales que necesita llevar a casa y ordene papeles sueltos.

No apile documentos: No se engañe con la idea de que apilar reduce el desorden, pues el problema no es el espacio, sino la cantidad de cosas. Se recomienda dividir el escritorio por zonas: una para el computador, otra para libros, otra para suministros y una más para archivos. Dele espacio a todo y límite la cantidad de elementos por área, así cuando agregue un libro nuevo saque uno de la estantería. 



Su escritorio no es una bodega: En una superficie plana lo único que debe haber en el radio de los brazos debe ser lo que se necesita de inmediato. Para la mayoría, esto significa monitor, teclado, teléfono, dos lápices, un cuaderno, un vaso y una fotografía familiar. El resto debe mantenerse en cajones del escritorio u otras zonas del espacio de trabajo.



Elimine el desorden digital: Este desorden puede ser tan estresante como el físico. Se calcula que la mayoría de personas pasa entre 30 y 60 minutos al día buscando archivos en el computador. La clave es organizar la información del mismo modo que los archivos de papel, con un sistema de carpetas lógico y claramente etiquetado. Reemplace las notas adhesivas en su monitor por recordatorios en el calendario. 

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martes, 17 de septiembre de 2013

Llamar la Atención: Poder efectuar adecuadamente un llamado de atención sin afectar el clima del lugar de trabajo, es el anhelo de todo buen jefe que se precie.


Todos los jefes en algún momento se han visto en la necesidad de otorgar una reprimenda a algunos de sus subordinados, el problema es que no sólo es un momento ingrato, sino también riesgoso, pues, dependiendo de cómo se realice puede afectar o no, el ambiente de trabajo en la compañía. 



Sin embargo es un momento que debe darse, ya que es la oportunidad para resolver el problema y mejorar los procesos de la compañía.



¿Riesgos? Bueno, puede ocurrir que el empleado que recibe la corrección reaccione de un modo disonante, atribuyendo a la personalidad de su jefe los motivos del llamado de atención. 


 Es por esto que el llamado de atención debe ser entendido como una instancia de aprendizaje, y no como un reto amenazante hacia el futuro, sino como una oportunidad para cambiar y crecer laboralmente.

Llamar la atención sin romper el clima es todo un desafío, pero es un desafío posible. 


¿Cómo llamar la atención?

1. Piense qué es lo que desea señalar: Si la amonestación es sobre la actitud del empleado hacia la tarea, lo que se cuestionará es que la persona no está aportando a la organización lo que la organización necesita de ella. En este caso, pregúntese si el empleado realmente conocía qué se esperaba de su función y de su conducta, revise las constancias que pueda tener al respecto, como manuales de inducción, contratos, etc. 
Pero si la reprimenda es sobre los resultados obtenidos, se deben analizar exhaustivamente las causas y aportar soluciones. 

Evalúe la instancia individual, pero no pierda de vista la instancia del trabajo en equipo que llevó a esa situación. 




2. Escuche: Es un signo de respeto escuchar la versión de los hechos según el empleado. Pero no lo haga por ser respetuoso y nada más, hágalo para implicarle en el análisis de la situación y en la búsqueda de las soluciones que él mismo deberá aplicar. 

3. Cuide los detalles: Hable a solas, en privado. Tenga todo el cuidado necesario en el modo de transmitir lo que tiene que decir, use palabras conciliadoras y positivas. Evite las interrupciones por un llamado telefónico o una reunión ya agendada. Su gesto marcará el estilo de diálogo, no confunda la seriedad con el gesto adusto. 

4. La razón: Precise el motivo de la charla desde el inicio, desde un punto objetivo, no lo haga personal, de este modo tendrá más chances de lograr una reacción positiva. 

5. No se confunda y no confundirá: Recuerde que su intención no es valorar a la persona, sino analizar hechos y actitudes hacia la tarea que deben resolverse inmediatamente. 

6. No es aniquilar: Su intención al llamar la atención es lograr una solución, para eso debe actuar con un sentido educativo, esto es: orientar, guiar, aportar sugerencias sobre procesos para mejorar. 



Si el empleado observa que esa es su intención, podrá comprender la situación y ese será el primer paso para tener su apoyo y compromiso. 

7. Sea justo: Sea equitativo y justo con todos sus empleados. Ya se ha mencionado que debe evaluar no sólo las instancias individuales, sino también los procesos grupales. La mayoría de los trabajos en la mayoría de las organizaciones, se realizan en equipo. Antes de llamarle la atención al empleado protagonista de esa corrección, evalúe si es realmente el único que necesita un llamado de atención. 

8. El reconocimiento esperado: Cuando usted llama la atención, sugiere estrategias para la solución del inconveniente y espera el compromiso del personal implicado. Si esta se lleva a feliz término, recuerde que usted fue implacable para marcar la falta. Entonces sea igual de perspicaz para señalar el reconocimiento por el cambio que ha esperado. 

Reconocer al empleado que ha enmendado su error, no sólo le hará bien a éste, también le hará bien al equipo todo y, por supuesto, le hará mucho bien a usted, después de todo quién tomó la decisión de llamar la atención y qué esperaba de esa decisión. 

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