martes, 11 de febrero de 2014

Acoso Financiero


Una de cada 10 personas casadas piensa que su cónyuge es un acosador financiero, según una encuesta reciente de CreditKarma.com que dio pie para identificar cuatro conductas de "acoso financiero" entre parejas.

El acoso o bullying financiero, se parece mucho al adolescente o en línea o laboral y "es cuando una persona en una posición de poder intimida a otra persona para que haga lo que ella quiere".

En su reporte CNN Expansión cita a la terapeuta de parejas Argie J. Allen, doctora y directora de Capacitación Clínica del Departamento de Terapia de Pareja y Familiar de la Universidad de Drexel, para señalar que "el acoso financiero está relacionado con el poder y con el control. Así que, uno de los cónyuges puede ser particularmente dictatorial -y acosador- sobre cómo el otro maneja el dinero.  También es un signo de problemas a futuro. Entre menos libertad financiera tiene una persona, más vulnerable está en la relación".

Éstos son cuatro de los comportamientos de acoso más comunes; y algunos consejos sobre cómo afrontarlos:


1. Me hace sentir culpable por mis hábitos de compra: Primero, considera si tienes o no una razón por la cual sentirte "culpable". Ya sea que estés comprando comida para tu familia -o regalos para las personas en tu lista de regalos de Navidad- saber que vas a comprar de manera inteligente, sin exceder los límites y manteniéndote dentro del presupuesto de la familia, puede ayudar a eliminar la capacidad de un acosador para hacerte sentir culpable. Pide al acosador que cambien roles durante una semana - pedir a alguien que nunca compra comestibles o ropa para los niños que haga las compras abrirá sus ojos a lo caro que puede ser. Si, por el contrario, tus compras están obstaculizando la capacidad de la familia para pagar sus otras cuentas o para ahorrar, lo más probable es que ya te sientas culpable y que el acosador sólo esté añadiendo presión. Comienza a registrar tus gastos de forma independiente para ver dónde puedes hacer recortes.





2. Limita mis gastos mensuales: Esto a menudo se manifiesta cuando se espera que una parte pague todas las facturas del hogar o de los hijos y se queda sin dinero discrecional para sus gastos propios.  Una pareja debe tener un consenso sobre cómo se gasta el dinero que ingresa, cuánto se gasta en transporte, vivienda, alimentación, etc.  El propósito de hacer esto es que quede suficiente cada mes para ahorrar, y para que cada persona tenga algún " dinero libre" para gastar, dice Hatcher. Si no puedes encontrar la manera de cubrir todos estos gastos básicos por tu cuenta, un asesor financiero te puede ayudar a determinar un presupuesto viable.





3. Hace que le muestre los recibos de todas las compras: Esto está relacionado con "falta de confianza", así como con poder y control, dice Allen.  También establece una dinámica padre/hijo entre la pareja, la cual no es saludable entre dos adultos. En la mayoría de los casos, dice, este comportamiento es un síntoma de problemas más grandes que necesitan ser abordados. "La terapia de pareja es definitivamente necesaria para llegar a la raíz del problema".



4. Me impide tener tarjetas de crédito:  Si la mala gestión del crédito ha sido un problema en el pasado, debe ser abordado y resuelto. Pero no debe evitar que uno de los cónyuges tenga voz y voto en la vida financiera general de la familia. Algo más preocupante: otras investigaciones han demostrado que entre más frecuentes sean las peleas de una pareja por dinero, más probabilidades tiene de divorciarse.  Tratar de conseguir crédito después del divorcio sin un historial crediticio es muy difícil.  En conclusión: mantener secretos financieros a un cónyuge no es la mejor idea; pero nadie puede impedir que solicites una tarjeta de crédito por tu cuenta.

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lunes, 3 de febrero de 2014

¿Negocios con Familia o Amigos?



El hecho de que los integrantes de una empresa sean de una misma familia o tengan una amistad plantea una serie de dudas debido a que existe una confusión entre las relaciones familiares y la operación del negocio. Esto repercute negativa o positivamente en su productividad y competitividad. Lograr un equilibrio ante este panorama no es tarea fácil.
De acuerdo con John Ward, autor del libro El éxito en los negocios de familia, este tipo de organización requiere de estrategias poco habituales, teniendo como principio básico la planificación y la participación activa de cada integrante.
Analizar primero los pros y contras para ver si de verdad estarás mezclando negocios con placer o si por el contrario estás añadiendo el factor quiebra, es fundamental a la hora de vencer los obstáculos sin poner en riesgo nuestros vínculos y lazos personales. 

Para la economista Patricia Cortázar el hecho de mezclar negocios y relaciones afectivas, ya sean familiares o de amistad, ofrece un reto en la presente dinámica del mercado porque las compañías de esta naturaleza tienen una buena oportunidad de participar en las cadenas productivas.
“Si las personas que serán los futuros integrantes de la empresa están bien preparadas, son realistas sobre sus opciones y sus objetivos y actúan en el momento oportuno, el proceso puede producir una solución satisfactoria para todos e incluso fortalecer su unión afectiva”, indica la experta.
Es importante que entre los parientes haya confianza; así no surgen conflictos que alteran el éxito de la empresa e incluso lo impidan.
La licenciada Cortázar reitera que el triunfo de dicha combinación radica en la elección de los líderes del proyecto y desde un principio “poner las cartas sobre la mesa” para pronosticar qué cauce llevará la administración del negocio.
Las personas que dirigen y gestionan el rumbo del negocio deben desarrollar aptitudes de liderazgo, asegura Patricia, ya que tienen que aprender a separar los asuntos personales de las situaciones empresariales. En esta recomendación es esencial asumir a la compañía como una organización familiar pero sobretodo económica.
Aplicar medidas preventivas para solucionar posibles o futuros problemas:
Identificar los objetivos y compartir una misma visión para Vladimir Espejel, especialista en Pymes, es un punto valioso a definir, es un plan de acción, donde todos los integrantes puntualicen metas reales a un corto, mediano y largo plazo. Al mismo tiempo que ayuda a vislumbrar el camino y el ritmo que llevará el negocio, esta medida contribuye a fortalecer desde un inicio el “know how”, para sacar adelante y mantener su operación. Las empresas familiares suman dos tercios de todos los negocios mundiales.
“Estamos hablando desde una pequeña empresa, una franquicia, hasta una gran asociación, es  importante dictar las reglar antes de empezar el juego", manifiesta el economista.
Busca asesoría estratégica externa y objetiva
Es necesario involucrarte y mantenerte informado en todo lo relacionado a tu negocio, desde la parte legal hasta la cuestión organizacional. El licenciado Espejel expresa que la asesoría es clave, debe verse como una inversión a futuro.
“Es imprescindible anticiparse a una crisis o tensión, la ayuda de un asesor o especialista es oportuna, porque dicha persona no está involucrada familiar ni afectivamente. Su visión se inclinaría hacia un lado más objetivo”, sugiere Vladimir.
Sólo una de cada 10 empresas familiares continúa en la tercera generación.
El objetivo de esta recomendación menciona Patricia Cortázar, es generar en los empleados cierta afinidad con la compañía, buscando incrementar la productividad y establecer claramente cuál es la función de cada persona que labora en el negocio.
“Es vital ofrecer un lugar digno a cada empleado dentro de la empresa lo cual enriquece la relación laboral y genera una actividad más rentable” advierte la experta.
En conclusión los especialistas económicos opinan que el éxito o el fracaso de una empresa familiar se deben a la gestión de las cabezas estratégicas, por ello la importancia de la capacitación constante. La familia debe mantenerse con un afán de colaboración, unida a través de las generaciones pues se deben heredar los principios básicos de pertenencia y equilibrio.
Un reciente estudio muestra las siguientes estadísticas con respecto a las causas de fracaso en estas compañías:
· 60% relaciones familiares no equilibradas con la empresa
· 10% no tiene sucesor con éxito
· 10% falta de capital para el crecimiento
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